sábado, 30 de julio de 2016

De Educación Media a la USB

Estaba en la cancha abierta del Liceo Lino de Clemente cuando uno de los bedeles me informa que tenía una llamada telefónica de la Universidad Simón Bolívar, cosa que me extrañó mucho, porque no tenía ninguna relación con esa Casa de Estudios; cuando atendí, la persona se identificó como la secretaria de la Dra. Senta Essenfel de Bruer, enseguida  inferí que era la joven que había trabajado conmigo en el Parque del 23 de Enero y que se había graduado  con distinciones  de psicóloga  en la Universidad Central de Venezuela.
Me alegró mucho escucharla después de tantos años, la conversación versó en su interés de hablar conmigo y para citarme a la USB al día siguiente.  Acordamos la hora, hablé con el Director del Liceo, le eché el cuento y al día  siguiente a la hora fijada estaba en la oficina de la Dra Essenfeld quien era la Directora de Desarrollo Estudiantil. Estaba acompañada del Licenciado Miguel Gómez Álvarez, luego de los saludos de rigor, entró de inmediato en detalles.  Expresó como había seguido durante todos esos años mi trayectoria deportiva y laboral, que me había llamado para ofrecerme la Coordinación General de Deportes de la USB y que si aceptaba tenía que comenzar a trabajar esa misma semana, quedé sin habla, sorprendido y sin pensarlo dos veces le dije que si  (tenía 15 años en Educación).  Acto seguido  me dijo: “párate que vamos al rectorado para presentarte al Rector”, y enseguida caminamos contemplando esos bellos jardines. Así llegamos a una casa colonial que era la sede del Rector Dr. Ernesto Mayz Vallenilla quien de inmediato me dio la bienvenida a la Universidad Simón Bolívar.
De regreso hablé con el Director del Liceo, Profesor Arecio Rodríguez, quien se alegró mucho y me expresó que esa oportunidad no podía desperdiciarla, además que me lo merecía.  Semanas más tarde,  él declaró a la prensa que el Ministerio había enviado a dos profesores a sustituirme pero que la actividad deportiva no era de la misma calidad.
Al comenzar mi labor y recorrer el campus de la USB me asombró y sentí así como me sentía cada vez que iba a Europa, nunca  imaginé que en Venezuela existiera una universidad enclavada en un sector tan hermoso, rodeado de montañas, jardines en construcción y edificaciones muy modestas  pero cómodas para ejercer la enseñanza; la mayoría de los terrenos eran rosales de todos los colores. En ese recorrido pude notar que en un espacio de esos rosales se jugaba fútbol, y existía  una canchita abierta de asfalto dirigida al voleibol y baloncesto. Eso era lo que había para la práctica del deporte.
Enseguida pensé que tenía que aprovechar esos enormes terrenos para el atletismo; las carreras de largas distancias no ameritaba estructuras y así lo hice.  Hablé  de inmediato con la Federación Venezolana de Atletismo para realizar las carreras de campo traviesa, las cuales comenzaron enseguida, el segundo paso era buscar al personal técnico apropiado para lo que yo tenía en mente.
Para el atletismo llamé a los entrenadores Roberto Sarmiento, Julio César Tovar  y  Antonio González porque la Universidad tenía el espacio para, además de las carreras, los lanzamientos. Aunque aún no teníamos estadio apropiado, estos entrenadores se encargaron de organizar el atletismo y armar un equipo con jóvenes entusiastas.  Algunos  de ellos compitieron internacionalmente en Juegos Universitarios Centroamericanos,  incluso uno de ellos impuso una nueva marca nacional con más de 5 metros, muy pocos venezolanos habían alcanzado esa marca, Constantin Zagustin era su nombre.
El crecimiento de las actividades deportivas de la USB se desarrolló más rápido de lo que se esperaba.  Se  le presentaron al   Rector Dr. Ernesto Mayz Vallenilla el proyecto para las instalaciones deportivas que pudieran hacerse por etapas.  Para  ello se necesitaba terracear los cerros situados en la parte sur de la universidad; aun allí vivían algunos pisatarios y las autoridades tuvieron que arreglar ese problema para poder comenzar lo planificado.  
Una  vez resueltos estos pequeños problemas comenzaron los movimientos de tierra para la construcción de los  Campos de beisbol, softbol, canchas de tenis y dos canchas múltiples de voleibol y baloncesto.  Una vez terminadas estas obras la organización deportiva se hizo más sólida, se contrataron a los entrenadores, se organizaron los diferentes equipos y se establecieron los horarios de trabajo del personal técnico y obrero para el mantenimiento de los campos que necesitan de mucha atención, sobre todo los campos con  grama, para eso pedimos ayuda al Señor Brígido Iriarte quien nos envió a uno de sus obreros (Abigail Azuaje) y como en el Manual de Cargos no existía la figura de mantenimiento deportivo se utilizó la figura de Supervisor de Edificios 1.
La siguiente etapa consistía en la construcción del gimnasio cubierto, la piscina olímpica y la cancha techada de fútbol sala.  Todo  esto se llevó a cabo con la colocación de la primera piedra por parte de las autoridades: Dr. Ernesto Mayz Vallenilla, Dr. Antonio José Villegas, Vicerrector Académico  y el Dr. Freddy Areaza Leañez, Vicerrector Administrativo; al mismo tiempo se diseñó el campo y la pista de atletismo, esto convirtió a la USB en la segunda Universidad en Venezuela en contar con instalaciones deportivas propias después de la Universidad Central de Venezuela.
Hay que destacar el inmenso apoyo que recibió la Coordinación de Deportes del Centro de Estudiantes quienes estaban completamente de acuerdo con todos los planes que se presentaban y apoyaban en los diferentes Consejos Directivos de la USB, sin el concurso de ellos se hubiera hecho más difícil la consecución de los objetivos, más adelante daré algunos nombres de estos bachilleres.
Una vez consolidados los diferentes deportes y especialidades, se pasó a la selección representativa de la USB para la participación deportiva Nacional incluyendo los Juegos Deportivos de Educación Superior (FEVEDES), donde nuestros equipos, durante el tiempo en que yo dirigí el deporte en la USB, lograron brillante actuación en deportes como ajedrez, atletismo, tenis de mesa, baloncesto masculino; varios de sus atletas lograron integrar las selecciones representativas universitarias en Juegos Universitarios de Centroamérica y del Caribe y Universiadas, considerados los Juegos Olímpico Universitarios.
Una vez que se logró la construcción  del Complejo de Deportes, la integración de los equipos, la contratación de entrenadores, se pasó a iluminar las instalaciones para alargar el tiempo para los alumnos que por motivos de horario no  podían en la mañana ni en la tarde, entrenaban en horas nocturnas.
En una oportunidad le comenté al Profesor Argimiro Berrío la idea de crear los créditos académicos en deportes con la intención de que los alumnos tuvieran una noción más allá de la competencia en el deporte, la idea le gustó pero había que instrumentarla.
Un sábado paseando por el campus universitario me encontré con el Rector Mayz Vallenilla y le manifesté mi inquietud y me dijo que lo consultaría con el Dr. Villegas Vicerrector Académico; a los días me llamaron y me dijeron que presentara el proyecto sin antes advertirme que quien se encargaría de dirigir los créditos mencionados tenía que tener estudios de cuarto nivel.  Enseguida  hablé con el Profesor Horacio Esteves, quien era profesor del Instituto Pedagógico de Caracas, el cual se comprometió en preparar el anteproyecto y así fue.  
Se le presentó al Centro de Estudiantes y luego a las Autoridades convirtiéndose en una asignatura electiva y otorgando tres créditos académicos que serían sumados al total  de los exigidos por las diferentes carreras para poder graduarse. Fue  la asignatura de mayor demanda del alumnado.
El profesor Estévez presentó sus credenciales; siendo aprobadas por la autoridad académica. Dirigió  la asignatura con éxito hasta su renuncia para luego encargarse de la asignatura el Profesor Robert Rodríguez  acompañado de los profesores Armando Zamora y Frank González; más adelante presentamos el proyecto de Créditos Deportivos para los alumnos que formarán las selecciones deportivas y sólo necesitaban cursar las clases teóricas.
Ese fue mi concepto  en la USB hasta mi jubilación.  Después  de eso, según tengo entendido, desaparecieron estas conquistas y hasta la fecha desconozco los motivos. Mis gracias eternas a los profesores Rubén Trejo, Alberto Alvarado, Manuel Luna, Frank González, Armando Zamora, Horacio Esteves, Robert Rodríguez, Raquel Morales, Sonia Sequera, Gastón Portillo, Pedro “mamiro” Jiménez, Francisco García, Joao Fagundez, Manuel Carrasquel, José Joaquin Flores Pino, Hildemaro Rosales, Horacio Rojas, Antonio Carrascal, Oswaldo Solórzano, Ramón Montezuma, Rafael Coba, Ramón Blanco, Antonio González, Roberto Sarmiento, Julio César Tovar, al compañero Raúl Prieto.
A la Dra. Senta Essenfel, Lic. Argimiro Berrio Brito, al Lic. Alberto Santana, Aníbal Gómez, y René Rivero, Directores de Desarrollo Estudiantil de la USB en ese largo periodo.
Los  bachilleres del Centro de Estudiantes, la lista la colocaré después porque son muchos y no quiero dejar a ninguno por fuera.

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