Educación física, deporte, ciudadanía
Las evidencias históricas denotan que el proceso educativo
constituye la menta indispensable y eficaz de elevar la calidad de vida de los
seres humanos.
Está demostrado que un proceso educativo, democrático e
integral conducido pedagógicamente es respetuoso de las diferencias
individuales y toma en cuenta las circunstancias específicas (entorno) del
país.
La educación como proceso bidireccional (estudiante-docente)
ofrece al ser humano la oportunidad de desarrollar sus potencialidades y de dar
la información valores que la humanidad ha logrado.
Obviamente la integralidad de la educación comprende
(abarca) el movimiento corporal, la educación de lo físico, la corpórea de
nuestra realidad. El cuerpo constituye parte inherente e indispensable de
nuestra existencia vivencial.
Educar a través del movimiento corporal, (el movimiento como
agente educativo) es formar, desarrollar y preservar una persona saludable,
apta, respetuosa, altruista y sociable.
Una persona capaz de disfrutar del movimiento y apreciar sus
beneficios corporales, emocionales e intelectuales.
La educación física no se circunscribe a lo biológico y
psicomotor, sino que aporta además conocimientos y valores, es decir, aprendizajes
psicomotores, afectivas e intelectuales.
Es una responsabilidad ineludible de un estado democrático
atender a los ciudadanos, especialmente a niños y jóvenes con una educación
integral que abarque la educación intelectual y del movimiento.
Deporte
El deporte cuando se emplea para elevar la dignidad humana,
tiene valores significativos que aportan en una sociedad democrática.
La historia ha demostrado que los regímenes totalitarios al
irrespetar al ser humano, lo utilizan como instrumento para justificar sus
inciertas y débiles premisas políticas. Sobran
ejemplos en la historia contemporánea donde no sólo los adultos, sino también
niños y jóvenes han sido preparados y exigidos irrespetando sus personalidades
y lazos familiares, para presentarlos ante el mundo como ejemplos del “nuevo
hombre” que el sistema político pretende enaltecer.
Para los demócratas sensatos, el deporte ha de significar
alegría, bienestar esfuerzo, disciplina y superación, dentro del respeto a la
familia, la superación, dentro del respeto a la familia. Las diferencias
individuales y los valores perdurables.
El verdadero deporte enaltece la dignidad humana; no utiliza
a las personas a las personas para propósitos aberrantes, más bien sirve para
que los ciudadanos se eleven y logren su pleno desarrollo, su realización
positiva como dirían los griegos “ojalá llegues a ser el que eres”, es decir,
la persona que hay en ti.
El poeta venezolano Elías Calixto pompa, en una de sus
hermosos versos escribió: ” estudia y no serás cuando crecido el juguete vulgar
de las pasiones, ni el esclavo servil de los tiranos”.
Ciudadanía
Ser ciudadano es la posibilidad que ofrece una sociedad
verdaderamente democrática.
A todas las personas que por ventura tienen lazos culturales
y comparten una comunidad nacional, es decir un país. El verdadero ciudadano ha
de desarrollarse como persona y compartir los deberes y derechos de su entorno
socio-cultural.
La solidaridad ciudadana conlleva el respeto mutuo, el apoyo
recíproco, la identificación con valores culturales y el esfuerzo continuo por
elevar la calidad de vida propia y la de sus semejantes.
La educación, el deporte, la ciencia y el trabajo digno son
factores reales intrínsecos y relevantes en una sociedad democrática.
La convivencia ciudadana existe plenamente cuando hay
libertad, cuando las personas han de respetar y ser respetados dentro de un
marco de igualdad y tolerancia.
Son estas las aspiraciones de quienes deseamos superar los
obstáculos, enmendar las fallas y avanzar con optimismo, disciplina,
perseverancia y decisión hacia un posible país. A una nación democrática de
verdaderos ciudadanos.
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